Julio y yo fuimos a Santa Lucía, pero no hice registros.
No hice ningún registro. No sé por qué, llevé la cámara pero no la usé. En realidad no fuimos a la playa porque estaba frío, y queríamos ordenar la casa para entregarsela arreglada a los inquilinos que van en enero. Creo que estaba de malhumor. O medio bajoneada. Por lo menos sin ganas de hacer registros. Tenía ganas de leer pero no me dio el tiempo. Volvimos a Montevideo temprano, y Julio hizo un mero a la parrilla que estuvo buenísimo. En resumen, un día más o menos: unos ratos buenos (comer el mero y tomar una copa de vino) y otros ratos a-bu-rri-di-si-mos.