Gaby y yo nos fuimos al mediodía al Apostadero Naval y nos pasamos allí toda la tarde, intentando concretar el montaje, las luces de la sala, todos los detalles. Fue estresante, sobre todo porque había pocos técnicos para tantos artistas y tantas obras. Perseguíamos al electricista, a los montanistas, a los encargados. Nos fuimos sin dejar nada armado, con la sensación de no haber adelantado nada.
De noche, nos quedamos hasta la una de la mañana armando los mails y los textos para las invitaciones. Violeta anduvo por ahí hasta que se fue a dormir.
Etiquetas: noviembre 05
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